Ahora viene la pregunta, cuando llevas mucho tiempo sólo o no lo has hecho nunca: ¿Dónde busco? Lo normal es empezar a ver qué hacen los demás, y para ello internet es una idea. Te encontrarás mil páginas para encontrar lo que buscas. Pero claro, todo eso ¿es de calidad? ¿realmente me ofrecen lo que yo quiero?
Además ves que unos sitios son de pago y otros no, y piensas ¿tan pronto voy a tener que empezar a pagar? No, no, no, yo me apunto a sitios donde me lo den todo gratis. Que seguro que es igual de bueno. Si estos que dicen que realmente van a ayudarme a encontrar el “amor” seguro que son unos ladrones.
Y terminas en ese lugar gratuito, junto a 1.000.000 de personas más que tienen la misma intención que tú, cada uno con sus razones para estar ahí por supuesto. Esto te anima porque ves que no eres el único que se siente solo, y se crea una especie de secta de locos por amar ya y a lo que sea.
Además, en este lugar nos motivan como si la decisión que hemos tomado fuera la única acertada y tuviésemos que emparejarnos como única razón para vivir.
Así que se empiezan a organizar quedadas, en grupo la mayoría o por parejas en algunos casos. Y oye que te empieza a gustar, porque todo es muy bonito, nos dicen que todo va a salir bien, que tu “idea del amor” es perfecta y tienes todo para ser el amante perfecto (la ilusión del emprendedor).
Te proponen hacer una hoja de ruta (plan de negocio) para comprobar que realmente vas por buen camino y que llevas buenas intenciones.
¿Resultado?……….. Eres el mejor.
Curiosamente los 999.999 restantes también, pero oye, que si nos lo dicen será por algo. Así que nos cuentan qué es lo que tenemos que hacer para sentar las bases cuando vayamos a empezar a fraguar nuestro “amor” (trámites para la constitución del negocio), y adiós muy buenas. Comienzas a volar sólo pero con un ánimo de superhéroe que asusta.
Estamos en fase de enamoramiento de la idea de “amar”,(nuestra idea de negocio es la mejor) después veremos qué tal se nos da trasladarlo a la realidad.
En el siguiente capítulo: Primeras Citas.
Alicia Carrillo.
